Reynosa, Tam.- Desde la colonia Villa Esmeralda, conocida como el corazón del voto masivo que da y define los triunfos de los candidatos, el doctor Américo Villarreal Anaya, dijo que en Tamaulipas hay plazas y canchas llenas de voluntades que quieren que llegue la Cuarta Transformación.
En la entrada del campo de fútbol de esta populosa colonia que da cobijo a la fuerza de trabajo de los parques industriales y maquiladoras, más de 2 mil 500 gentes corearon el nombre de Américo, pero llamó la atención Alex, un tabasqueño que llegó del sur a promover a Morena y buscar mejores condiciones de vida para su familia y a defender el voto para el Doctor Américo”.
Mientras vende gelatinas, flanes y pays, Alex confiesa emocionado que también tiene otro trabajo: defender la elección en favor de Morena desde la sección 1075 de la Mil Cumbres, una de las de mayor densidad de electores en este municipio fronterizo.
En este lugar, Alex no pierde detalle y más cuando escuchó al doctor decir: Que administraciones estatales omisas como la actual, abandonaron a la gente y «a esos gobiernos ya no los queremos, porque nos están dando estos malos resultados» y advirtió que «si seguimos con la misma forma de gobernar, seguiremos empeorando».
El doctor Américo, después de su mensaje brincó del estrado hacia donde estaba la gente con quien se tomó selfies, abrazó y prometió que va a trabajar porque a todos les vaya bien.
«Estamos trabajando para ustedes y para ellos”, dijo tomando de la cabeza a Luisito, que acompañó a su mamá al evento.
Mientras ofrecía dar todo su esfuerzo por “esta gente que ha sufrido”, Don Tomás de casi 90 años, lo abrazó y lo confundió con su padre: “Yo soy Américo, su hijo, pero si usted fue amigo de mi padre, usted y todos son mis amigos”, le aclaro el candidato de Morena.
Fue un final de gira por Reynosa que movió corazones y recuerdos del doctor Américo que prometió regresar para resolver los problemas de estas unidades habitacionales marginales que carecen de los más elementales servicios públicos y que hoy fueron sacudidos por el tropel de un candidato que suma apoyos a puños.