*El gobernador dio a conocer que presentó en la cumbre de la ONU cinco proyectos hidráulicos para Tamaulipas que pudieran ser financiados por el BANDAM
*Valdría la pena desempolvar el viejo proyecto de construir una represa en las márgenes del río Bravo frente a Matamoros.
H. Matamoros, Tam. (22 de julio del 2024) Al hacer un balance sobre su participación en el Foro de la ONU, un hecho histórico, donde dio a conocer los 17 objetivos que tiene la Agenda 2030, el gobernador, Américo Villarreal Anaya, dijo ante los representantes de los medios de comunicación que en Tamaulipas están ocurriendo más cosas buenas que negativas.
Y ante el cumplimiento que Tamaulipas ha hecho en dicha agenda, afirmó que «somos un estado de oportunidad y bonhomía».
El gobernador, Américo Villarreal Anaya, dijo que «Tamaulipas se distinguió a nivel nacional en el sentido de que su Plan Estatal de Desarrollo, aparte de los 3 ejes principales, que es un gobierno al servicio de la gente, un desarrollo sostenible y programas sociales que vean el desarrollo y el bienestar social, todos los demás indicadores de este Plan están enfocados a darle cumplimiento a parte de estos 17 objetivos que tiene la Agenda 2030».
Dio a conocer que dentro de los temas que se abordaron en la cumbre de la ONU sobre la Agenda 2030 y los Objetivos para el Desarrollo Sostenible, Tamaulipas dio a conocer al menos cinco proyectos estratégicos para enfrentar los efectos del cambio climático y del estrés hídrico, los cuales aseguró podrían contar con el financiamiento del BANDAN, entre ellos el plan hidráulico del Golfo Norte (PLIGON), que consiste en un acueducto de más de 570 kilómetros para llevar agua del río Pánuco hasta la presa Marte R. Gómez cuyo proyecto ejecutivo ya formal tiene un costo aproximadamente de 40 millones de dólares.
Además, agregó, existen proyectos para municipios de la frontera como Miguel Alemán y Reynosa y la segunda línea del acueducto de Ciudad Victoria y se está habilitando y reconstruyendo la Planta Internacional de Tratamiento de Aguas Residuales (PITAR) para tratar toda el agua residual de Nuevo Laredo y no verter agua negra al río Bravo.
Siguiendo el ejemplo de su padre, el Ing. Américo Villarreal Guerra, que como subsecretario de Recursos Hidráulicos y después como Gobernador de Tamaulipas, emprendió importantes obras de infraestructura hidráulica para garantizar el abasto de agua para el Estado, el gobernador, Américo Villarreal Anaya, está convencido que se tiene que trabajar en nuevos proyectos para garantizar el abasto de agua en todo el Estado.
La falta de obras de infraestructura hidráulica hay que recordar que provocaron una crisis en el abasto de agua en Ciudad Victoria, desde hace tres años, al enfrentar una severa sequía que prácticamente secó la presa Vicente Guerrero, la principal fuente de abasto para la capital del estado.
Los municipios fronterizos de Tamaulipas, entre ellos Matamoros, hace como dos años estuvieron a punto de padecer los problemas de Ciudad Victoria, pero las lluvias registradas en Nuevo León hace un año y medio evitó tal situación, pero se prendieron las alarmas de que algo tiene que hacerse en el mediano y largo plazo para no estar dependiendo solamente del río Bravo.
La prolongada sequía que padeció Tamaulipas, provocó hace un mes una crisis en la zona conurbada del sur del Estado, comprendida por Tampico, Madero y Altamira, al secarse el sistema lagunario que los dejó sin el vital líquido para las necesidades más elementales para las familias.
Para fortuna de Tamaulipas, nos azotó la tormenta Alberto, cuyas lluvias permitieron que se recuperará el sistema lagunario de Tampico y que la presa Vicente Guerrero, aumentara su nivel de capacidad en más del 40 por ciento para garantizar agua para Ciudad Victoria.
Y como la tormenta Alberto provocó severas lluvias en Nuevo León, sus preseas prácticamente se llenaron y en consecuencia se está enviando agua a las presas del norte de Tamaulipas.
Ante de eso en la frontera norte, especialmente Matamoros, el último municipio del rio Bravo, estábamos preocupados, para no volver a vivir la crisis hidráulica de hace 24 años, cuando nos quedamos sin agua. El río Bravo prácticamente despareció y se convirtió en un arroyo.
Las personas que buscaban cruzar a los Estados Unidos lo hacían sin problemas. Caminando por el cause seco del rio Bravo. No fue un gran problema para los norteamericanos porque no había las oleadas de migrantes intentando cruzar como sucede actualmente.
Ante tales hechos, es muy satisfactorio que el gobernador, Américo Villarreal Anaya esté apostándole para emprender obras de infraestructura hidráulicas como las mencionadas en párrafos anteriores para no vivir una crisis hídrica.
El proyecto del acueducto desde el río Pánuco hasta la presa Marte R. Gómez, con una extensión estimada de 570 kilómetros es bueno, porque se aprovecharía el agua que se pierde en la desembocadura del golfo de México y eso permitiría que los residentes de los municipios fronterizos tuvieran mejores garantías para el abasto de agua.
Ante la visión que tiene el gobernador, Américo Villarreal Anaya de apostarle a las obras de infraestructura hidráulica para evitar crisis tan severas como las que ya se han padecido recientemente, valdría la pena desempolvar un viejo proyecto de construir en las márgenes del río Bravo una represa para evitar el desperdicio del agua hacia el golfo de México.
Hace aproximadamente 30 años, siendo alcalde de Matamoros, Tomás Yarrington Ruvalcaba, las autoridades de Brownsville, Texas, le propusieron apoyar el proyecto de una represa en el río Bravo, para tener nuevas reservas de agua para ambas ciudades.
Las autoridades norteamericanas ofrecieron que ellos financiarían el costo de la obra. Sin embargo, el entonces Alcalde de Matamoros, Tomás Yarrington lo rechazó y el proyecto se archivó.
El año pasado en un encuentro con funcionarios del Banco para el Desarrollo de América del Norte (BANDAN) en Dallas, Texas, el alcalde con licencia, Mario López Hernández, desempolvó ese proyecto y lo presentó como una alternativa para garantizar agua para Matamoros y Brownsville.
A raíz de la severa crisis hídrica que sufrió Nuevo León hace tres años, se planteó como una alternativa la construcción de una planta potabilizadora por osmosis para llevar agua desde el Golfo de México hacia dicha entidad.
Ese podría ser otro proyecto para garantizar agua para los municipios fronterizos de Tamaulipas, sin desconocer que una obra de esa naturaleza es muy costosa, pero es más costoso no tener agua.
En hora buena que el gobernador, Américo Villarreal Anaya le esté apostando a las obras de infraestructura hidráulica para garantizar el abasto de agua en Tamaulipas, porque sin agua no es posible que haya crecimiento y desarrollo.
Con los proyectos de infraestructura hidráulica que el gobernador, Américo Villarreal Anaya, presentó ante el Foro de la ONU nos demuestran que Tamaulipas tiene un gobernador visionario, a la altura para enfrentar los desafíos que se presenten.