H. Matamoros, Tam. (4 de septiembre del 2022) Hace ya algunos ayeres, en los albores del gobierno del presidente Miguel de la Madrid Hurtado, que recibió un país en medio de una profunda crisis económica y social, tuve la oportunidad de entrevistar para las páginas de EL BRAVO, al periodista Jesús García sobre el nuevo gobierno de la República.

Profundamente conocedor del acontecer político nacional, Jesús García, me dio sus impresiones sobre los retos que tenía por delante el presidente Miguel de la Madrid Hurtado.

De su amplia exposición se me quedó grabada la siguiente expresión: “Los mexicanos renovamos la fe y la esperanza cada seis años, cuando comienza un nuevo Gobierno, esperando que sea mejor”.

Esa misma frase creo que se puede aplicar en Tamaulipas cada vez que comienza un nuevo Gobierno y muy especial para la sociedad de Matamoros, que pareciera que padece de un maleficio político desde hace 30 años, la suma de los últimos cinco gobiernos estatales, que le quedaron a deber mucho a nuestra querida ciudad.

Recordemos parte de esa historia maléfica que ha vivido Matamoros.

Cuando Manuel Cavazos Lerma, originario de Matamoros, fue electo gobernador de Tamaulipas, amplios sectores de la sociedad se congratularon, porque esperaban muchas obras de infraestructura que apuntalaran en desarrollo de nuestra ciudad.

Lamentablemente no sucedió así. Cavazos Lerma, producto de su carácter fue un pendenciero contumaz. Se peleó con la mayoría de los sectores, especialmente con los empresarios a quienes odiaba.

Recuerdo que Ángel Sierra, como presidente de la Cámara Nacional de la Industria de Transformación en Matamoros, logró que nuestra ciudad fuera sede de la Reunión de Gobernadores Cuatro Caminos, luego de haber asistido a la que se hizo en Austin, Texas, en la que participaban los mandatarios de Texas, Tamaulipas, Nuevo León y Coahuila, para ventilar planes y proyectos para dicha región.

Los industriales de Matamoros lograron la sede de la Reunión de Cuatro Caminos a pesar de la oposición que encontraron en el gobernador, Manuel Cavazos Lerma. Molesto por la osadía de los empresarios, les advirtió que no contaran con su apoyo para ese encuentro.

Los empresarios invitaron al Presidente Ernesto Zedillo que viniera a inaugurar esa reunión, a unos meses de que comenzó su Gobierno y aceptó. Fue entonces que Cavazos Lerma no le quedó más remedio que apoyar esa convención y realizó algunas remodelaciones al actual centro de convenciones, que construyó en entonces Jorge Cárdenas González.

A la mitad del gobierno de Cavazos Lerma, la plaza de Matamoros la perdió el PRI, al ganar la presidencia municipal, Ramón Antonio Sampayo, bajo las banderas del PAN.

Cavazos Lerma nunca perdonó a los matamorenses por la derrota que sufrió. Su odio provocó que cancelara algunos proyectos y ante el reclamo del entonces alcalde, Ramón Antonio Sampayo, irritado el mandatario estatal respondió que las obras no se cancelan, se posponen.

El desprecio del gobernador, Cavazos Lerma a Matamoros, lo llevó a cancelar la ampliación de la carretera de Ciudad Victoria a Matamoros, que llegó hasta las Yescas y de ahí la siguió hasta Valle Hermoso.

En el Gobierno de Tomás Yarrington Ruvalcaba, otro gobernador de Matamoros, la sociedad matamorenses renovó de nuevo su esperanza de que a nuestra ciudad le iría mejor, pero lamentablemente dicho mandatario le quedó a deber mucho a nuestra ciudad en obras de infraestructura, como la ampliación de la carretera a la playa y la construcción de un moderno centro de convenciones, como el que les hizo a los residentes de Tampico.

Después llegó al gobierno del Estado, Eugenio Hernández Flores, que en las plazas públicas decía: “Si a Ciudad Victoria le fue bien con un gobernador de Matamoros, a Matamoros le va ir mejor con un Gobernador de Ciudad Victoria”.

La sociedad de Matamoros volvió a renovar su fe y su esperanza de que mejorarían sus condiciones y tendría un mejor futuro.

Eugenio Hernández Flores no le cumplió a Matamoros, para hacer realidad muchos de los proyectos que se le plantearon, porque siempre vio con rivalidad al entonces alcalde, Baltazar Hinojosa Ochoa. Con su sucesor, Erick Silva Santos, chocó desde un principio y no hubo una buena relación.

Después llegó al gobierno del Estado, Egidio Torre Cantú, que entró de emergente ante el crimen de su hermano, el Dr. Rodolfo Torre Cantú.

El comienzo del gobierno de Egidio Torre Cantú fue muy complicado, porque partió de ceros, ya que todo el legado de su hermano lo hecho a la basura, junto con todos sus colaboradores.

El primer alcalde de Matamoros que tuvo relación con el gobernador, Egidio Torre Cantú, fue Alfonso Sánchez Garza, que, a pesar de ser un buen gestor, no logró inversiones importantes en infraestructura.

A la mitad del Gobierno de Egidio Torre Cantú, llegó a la Presidencia Municipal, Leticia Salazar Vázquez, bajo las banderas del PAN.

Torre Cantú designó a Homero de la Garza, director de ITAVU como su enlace con la alcaldesa de Matamoros, quien tuvo roces muy fuertes con el funcionario estatal, a quien sin empacho hizo públicas recriminaciones, tensando las relaciones.

En la primera gira que hizo por Matamoros, el gobernador, Egidio Torre Cantú, en un encuentro con residentes de varias colonias populares, acompañado de la alcaldesa Leticia Salazar, ella le hizo serios reproches al Mandatario del Estado, quien profundamente irritado al momento de hablar dio por terminada la reunión y se fue.

Ese enfrentamiento innecesario le costó mucho a Matamoros. No hubo obras importantes y el gobernador, Egidio Torre Cantú, no volvió a venir a Matamoros hasta el último año de su gobierno, después de fumar la pipa de la paz con Leticia Salazar.

En el gobierno de Francisco García Cabeza de Vaca, que llegó bajo las banderas del PAN, a Matamoros le fue como en feria.

En la elección a Gobernador, Cabeza de Vaca perdió en Matamoros y eso nunca se lo perdonó a la sociedad, con quien siempre se mantuvo distante y sin una buena relación con el entonces alcalde, Jesús de la Garza Díaz del Guante, a pesar de la disposición del Jefe de la Comuna de colaborar con su Gobierno.

Las cosas no cambiaron con el gobernador, García Cabeza de Vaca, cuando asumió el poder el alcalde, Mario López Hernández, bajo las banderas de Morena, sino al contrario se complicaron, al grado que el Mandatario venía a esta ciudad y ni siquiera tenía la cortesía de invitar al Jefe de la Comuna.

Las obras que Cabeza de Vaca hizo en Matamoros se pueden contar con los dedos de las dos manos. Ninguna de trascendencia. El complejo de seguridad que prometió a Matamoros, como los que construyó en Tampico, Ciudad Victoria, Reynosa y Nuevo Laredo, se quedó en promesa.

Hoy estamos atestiguando el nacimiento de un nuevo gobierno estatal, que encabeza Américo Villarreal Anaya, que llega bajo las banderas del Morena, mismo partido al que pertenece el alcalde de Matamoros,

Con la llegada del nuevo gobierno la sociedad de Matamoros renueva su fe y esperanza de que a nuestra ciudad le ira muy bien con el gobierno de Américo Villarreal, como declaró el alcalde Mario López Hernández, al asistir a la ceremonia de toma de protesta el sábado pasado en ciudad Victoria.

Esa esperanza floreció desde que se conocieron los resultados de las elecciones el pasado 5 de junio. Matamoros fue la ciudad que más votos aportó para el triunfo de Américo Villarreal Anaya. Aquí fue la única comunidad donde el candidato de Morena ganó dos a uno.

Al renovar su fe y la esperanza, Matamoros espera que Américo Villarreal Anaya, termine con el maleficio político que padece Matamoros desde hace 30 años y que bajo su liderazgo nuestra región tenga un futuro mejor y brillante, haciendo realidad muchos proyectos que viene acariciando desde hace muchos años.

La esperanza, reitero, se agiganta, por todos los compromisos que Américo Villarreal hizo en el cierre de su campaña en Matamoros, destacando el puerto de Matamoros, al que se refirió el sábado pasado al rendir protesta como Gobernador.

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