*Las diputadas rebeles del PAN, Sandra Luz y Mireya ahora son independientes

H. Matamoros, Tam. En el 2016, con una votación histórica, el PAN puso fin a la hegemonía política que el PRI mantuvo en Tamaulipas durante 80 años, con el triunfo de su candidato a gobernador, Francisco García Cabeza de Vaca.

Sin embargo, para desgracia del PAN y de sus verdaderos militantes y simpatizantes, dicho partido perdió el pasado mes de junio del 2022 la gubernatura de Tamaulipas frente a Morena, que hoy gobierna el Estado, bajo el mando de Américo Villarreal Anaya.

Sin pretender hacer leña del árbol caído, a poco más de seis años de distancia de ese sonoro triunfo del PAN, hoy sus dirigentes y militantes parecen a ver perdido el rumbo y dan la impresión de estar en el umbral de una crisis interna, porque no tienen un liderazgo que asuma sus banderas para defender sus principios y sus propuestas.

Al terminar Francisco García Cabeza de Vaca su Gobierno el pasado mes de septiembre, el PAN se quedó huérfano, no tiene entre sus huestes actuales a cuadros con presencia y tamaños para asumir el liderazgo que le urge a ese partido para ser una fuerza opositora ante el Gobierno de Morena.

No faltará quien diga que eso es falso. Que el PAN si tiene un liderazgo, que tiene un líder: Luis René Cantú, quien es el actual presidente del Comité Directivo Estatal del blanquiazul. A ellos diría que Cantú, también diputado local, es solamente un encargado del despacho, porque en los hechos nunca ejerció ese papel, porque el liderazgo estaba en el tercer piso del palacio de Gobierno.

Ya sin los apoyos y prebendas que el PAN gozó siendo Gobierno, hay militantes que de la noche a la mañana se quitaron la venda de los ojos y ahora ven una realidad muy diferente a la de antes y que aplaudían y defendían con pasión.

Prueba de lo anterior son las dos diputadas del PAN: Sandra Luz García Guajardo y Linda Mireya González Zúñiga, que decidieron votar a favor de iniciativas de la bancada de Morena, para eliminar cambios legislativos que ellas mismas apoyaron cuando eran Gobierno.

Gracias a esos dos apoyos fundamentales, Morena logró eliminar lo que se conoció como la Súper Fiscalía, con la que Francisco García Cabeza de Vaca, pretendía entorpecer acciones del nuevo inquilino del palacio de Gobierno, Américo Villarreal Anaya.

También gracias al apoyo de esas dos diputadas del PAN, Morena logró reformar la Ley de Aguas, que el anterior Gobierno modificó para que el nombramiento de los gerentes de las Comapas y Junta de Aguas y Drenaje de Matamoros, dejaran de ser atribuciones del Ejecutivo Estatal, en el caso de las primeras y el Consejo de Administración en la segunda.

Como era de esperarse, el cambio radical de las dos diputadas del PAN, motivó inconformidad entre la dirigencia del PAN y la coordinación de su bancada, que hace unos días decidieron expulsarlas de su fracción, porque de nada sirve que formen parte de sus filas si están votando a favor de las iniciativas de Morena.

Sandra Luz García Guajardo y Linda Mireya González, las dos panistas rebeldes del PAN, se declararon legisladoras independientes, sin bancadas y advirtieron a sus cuestionadores que seguirán siendo panistas, porque ellas han decidido votar en conciencia y en lo que consideren mejor para los tamaulipecos.

¿Dónde estaba la conciencia y su interés de los tamaulipecos de las diputadas panistas, Sandra Luz García Guajardo y Linda Mireya González, cuando aprobaron las reformas que ahora rechazaron?

Sorprende la valerosa actuación de las diputadas sin fracción parlamentaria, que no hayan tenido esa misma visión y valor cuando Cabeza de Vaca era todavía Gobernador.

El cambio radical que dieron las dos diputadas del PAN, ahora declaradas independientes, reitero que no deja de sorprender a sus militantes.

Los más sorprendidos dentro de las huestes del PAN es el cambio radical de Sandra Luz García Guajardo, que logró una ascendente carrera política como aliada de Francisco García Cabeza de Vaca.

Gracias a ese apoyo, doña Sandra fue Senadora de la República hasta el 2018. Después el Gobernador Cabeza de Vaca, la premió nombrándola Directora de Cultura en Tamaulipas.

Y también gracias al exgobernador Cabeza de Vaca, Sandra Luz García Guajardo, es hoy actualmente diputada plurinominal, pero con una visión muy diferente al momento que el PAN dejó de ser Gobierno.

Hoy doña Sandra García Guajardo dejó la ceguera que padeció hasta septiembre del año pasado y ahora se dice libre de esas cadenas que la ataron. A pesar de ese cambio, difícilmente doña Sandra podrá quitarse el sello cabecista.

Doña Sandra y Mireya están en su total derecho de votar con absoluta libertad en el Congreso, sin consignadas ni presiones de su dirigente, Luis René Cantú, como denunciaron. En hora buena por el despertar cívico de las dos damas, por haberse quitado la venda de los ojos que no les permitía ver que no estaban apoyando a los tamaulipecos, porque su gobernador, García Cabeza de Vaca, las engaño y traicionó al PAN.

Linda Mireya y Sandra Luz, las dos ovejas descarriadas del PAN, tienen ahora dos grandes retos: Seguir enarbolando las banderas de la libertad dentro del Congreso por el bien de los tamaulipecos y emprender una lucha interna dentro de su partido, del cual no han sido expulsadas, para reencausarlo.

Otro hecho que también pone de manifiesto que el PAN empieza a tener problemas internos, fue la sorpresiva renuncia de 70 militantes del Municipio de Ocampo, que lo manifestaron frente a las oficinas del que fuera su partido, porque no están de acuerdo con su presidente, Luis René Cantú y porque afirman que el Partido ya no responde a los intereses de la militancia.

Los hechos anteriores ponen de manifiesto que hacia el interior del PAN tiene que haber una evaluación de acciones para enderezar el barco y si es necesario que Luis René Cantú se vaya, que haya un cambio y que asuma la dirigencia alguien con tamaños para darle rumbo a ese partido ahora como oposición, si realmente aspiran a ser un saludable contra peso del Gobierno del Estado.

Sin embargo, para lograrlo la militancia del PAN tiene que sacudirse del clan de los Cabeza de Vaca: Francisco, exgobernador y de Ismael, Senador de Tamaulipas. Una sacudida que no será fácil, pero muy necesaria.

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