H. Matamoros, Tam. (1 de julio de 2024) Haciendo un balance sobre las ganancias y pérdidas que dejó la tormenta tropical Alberto, que azotó el sur y centro de Tamaulipas, sin temor a equivocarnos podemos afirmar que tenemos un saldo favorable, porque son más los beneficios que dejó que los perjuicios.
Y en ese balance positivo, con grandes ganancias para Tamaulipas, también habría que destacar que hubo un saldo blanco en el azote de la tormenta tropical Alberto, porque no hubo ninguna vida que se haya perdido, por son razones: La primera, porque el Gobernador, Américo Villarreal Anaya y su equipo, establecieron un plan preventivo de protección de los tamaulipecos y la segunda, no menos importante que los habitantes respetaron las recomendaciones.
Gracias a las fuertes lluvias que trajo la tormenta tropical Alberto, se superó la crisis hidráulica que estaba padeciendo el sur de Tamaulipas, porque su sistema lagunario se quedó sin agua, al grado que no había agua ni para las más elementales actividades domésticas de la población.
La falta de agua en el sur de Tamaulipas puso en riego a la población y el desarrollo económico de esa importante zona, en esta temporada cuando florece el turismo, que sin agua tenía un futuro negro.
Hoy la zona sur de Tamaulipas tiene el sistema lagunario al 100 por ciento de su capacidad y eso garantiza el abasto de agua para la población, la industrial, el comercio y prestadores de servicios, incluyendo el turismo, que anualmente deja una importante derrama de económica.
Las lluvias ayudaron a mejorar los niveles de almacenamiento de las presas Vicente Guerrero, que es una de las principales fuentes de abastecimiento para los habitantes de Ciudad Victoria, que tenían casi tres años sin tener seguridad de abastecimiento.
Las intensas lluvias ayudarán a la recuperación de la pesca, de la agricultura y de la ganadería.
Gracias también a la tormenta tropical Alberto, que provoco fuertes lluvias en Nuevo León, sus presas se recuperaron bastante, al grado que la CONAGUA ordenó abrir las compuertas de la presa del Cuchillo, para enviar agua a las presas de Tamaulipas, lo que ayudará a garantizar en primer lugar el servicio de doméstico, el agrícola e industrial.
Veamos ahora a los perjuicios que dejó la tormenta Alberto, los daños patrimoniales públicos y privados.
De acuerdo con información proporcionado por el Secretario de Obras Públicas del Gobierno del Estado, Pedo Cepeda Anaya, la tormenta tropical Alberto provocó daños por alrededor de mil millones de pesos.
Los daños que dejó la tormenta Alberto, el pasado 27 de junio, fueron expuestos por el gobernador, Américo Villarreal Anaya, durante un encuentro que sostuvo con la Secretaria de Gobernación, Luisa María Alcaide, a quien le solicitó sus buenos oficios para que la Federación autorizara recursos financieros para la reparación de los daños.
El secretario de Obras Pública del Gobierno del Estado, Cepeda Anaya, dijo que luego de llevar a cabo la evaluación de los daños causados por el fenómeno meteorológico denominado “Alberto”, la inversión aproximada para darle solución a las afectaciones será de mil millones de pesos.
Dijo que la tormenta provocó daños materiales en planteles educativos, carreteras estatales, caminos rurales, carreteras federales e infraestructura hospitalaria.
“Afortunadamente tenemos un buen gobernador, que es gestor, para conseguir los recursos económicos y hacer estas reparaciones”, mencionó el funcionario estatal.
Destacó que se reportaron afectaciones en 147 escuelas de 25 municipios, estimando que se requieren 44 millones de pesos para realizar los trabajos correspondientes, además de aplicar el resto del recurso ya mencionado en la red de carreteras y caminos rurales, así como hospitales.
A pesar de que el gobernador, Américo Villarreal Anaya ha demostrado ser un excelente gestor con la Federación, obtener del Gobierno Federal mil millones de pesos para la reparación de daños a unos meses de que concluya la actual administración no será nada fácil.
Y no será nada fácil porque la Federación no tiene un techo financiero destinado para atender daños por desastres naturales. El Fondo Nacional para Desastres Naturales (FONDEN) fue extinguido por el actual Gobierno en octubre del 2021, por considerar que solamente servía para encubrir actos de corrupción y robarse el dinero.
Independientemente si se logran los apoyos que el Gobierno del Estado está gestionando con el gobierno federal para reparar los daños, que demandan una bolsa de mil millones de pesos, Tamaulipas tiene que aprender la lección que nos ha dejado la tormenta tropical Alberto, reconociendo que no estamos preparados para hacer frente a los daños que provocan los fenómenos naturales.
La tormenta tropical Alberto vino a desequilibrar las finanzas del Gobierno del Estado, porque no se ha contabilizado cuánto costó el operativo de prevención para la protección de la población. Falta también sumar los gastos que ha tenido que hacer el Gobierno para llevar ayuda a los damnificados que quedaron atrapados e incomunicados por las intensas lluvias.
Todo eso tiene un fuerte costo y está siendo financiado con recursos del Gobierno del Estado, que insisto, van a desequilibrar sus finanzas y alterar el ejercicio de su presupuesto como se había plantado a finales del año pasado.
Frente a esa cruda realidad sería recomendable que el gobernador, Américo Villarreal Anaya y su equipo de colaboradores, exploraran que medidas pueden tomarse para que en el futuro se esté en mejores condiciones financieras para hacer frente a los daños que dejan las tormentas y huracanes.
Creo que mucho ayudaría que el Gobierno del Estado emprendiera una iniciativa para crear en Tamaulipas un Fondo Estatal Contra Desastres Naturales, al que anualmente el Gobierno, de sus recursos propios y de las participaciones federales, destinara una fuerte suma de dinero.
El Gobierno del Estado, aprovechando todos los ahorros que ha logrado, podría comenzar el año próximo, creando ese Fondo, con una aportación inicial de 2 mil millones de pesos.
Y por su parte los 43 Municipios del Estado, por Ley también tendrían que aportar una cantidad anual para el FONDEN de Tamaulipas, la cual dependería de sus ingresos.
Las aportaciones al FONDEN de Tamaulipas serían anuales, tanto del Estado como de los Ayuntamientos, haya o no fenómenos naturales. Eso permitiría aumentar la bolsa para cuando sea necesario ejercerlos en la reparación de daños.
También podrían buscarse otras fuentes de ingresos para el FONDEN de Tamaulipas. Por ejemplo, si el pago de derechos anuales es de mil 200 pesos, que sea de mil 400 pesos. Los 200 pesos adicionales serían para ese Fondo.
Estamos convencidos, por la lección que nos ha dejado la tormenta tropical Alberto, que urge en Tamaulipas un FONDEN, que permita al Estado hacer frente a daños que dejan esos fenómenos naturales, sin que se desequilibren las finanzas públicas del estado.