H. Matamoros, Tam. Los Gobiernos, las organizaciones sociales, el hombre en su seno familiar y profesional a lo largo de su vida sufren adversidades que nos marcan y de cuya experiencia, muchas veces dolorosas, hay que aceptarlas como lecciones para que no se repitan y cuando no sea posible evitarlo, contar con herramientas e instrumentos para hacerles frente en mejores condiciones.
Por ejemplo, la trágica experiencia de los temblores de 1985 en la ciudad de México, que dejaron muerte y destrucción, durante el gobierno del presidente Miguel de la Madrid, pusieron de manifiesto que ni el Gobierno y tampoco la sociedad estaba preparada para hacer frente a ese tipo de desastre, a pesar de las acciones ejemplares de la población que salió al auxilio de las víctimas.
De esa lección afortunadamente aprendimos. Gobierno y sociedad emprendieron acciones para estar mejor preparados para esas manifestaciones violentas de la naturaleza.
Otra gran tragedia que recordamos fue la que provocó el huracán Gilberto, que entró por las costas de San Fernando y terminó en Nuevo León, donde ni siquiera lo esperaban, arrastrando todo a su paso en el cauce del rio Santa Catarina.
Tan lamentables hechos dieron como resultado que el Gobierno y la Sociedad emprendieran acciones de prevención, con planes de protección civil, cuya cultura ahora se ejerce en todo el país. Eso permite que en la ciudad de México suenen las alarmas ante un sismo, para que las personas salgan de sus casas y edificios y ponerse a salvo.
Y en el caso de los huracanes, que se forman en el océano Pacífico y Atlántico, ahora se les da un seguimiento puntual hora tras hora para alertar a la población en caso de representar un peligro. Eso ha salvado muchas vidas.
También las organizaciones sociales a lo largo de su existencia enfrentan retos y desafíos, que dejan amargas experiencias, donde lo importante es aprender de ellas tomar acciones que ayuden a superarlas en mejores condiciones cuando vuelvan a presentarse.
En ese caso se encuentra el Sindicato de Jornaleros y Obreros Industriales y de la Industria Maquiladora (SJOIIM), que dirige Juan Villafuerte Morales, como consecuencia de la huida de los empresarios de la maquiladora Componentes Universales, que dejó en el abandono a cientos de obreros y obreras, que actualmente no tienen un salario semanal para el sostenimiento de sus familias y que ahora están en la incertidumbre, porque no hay ninguna garantía de que podrán recibir en el mediano plazo la indemnización que les corresponde por tantos años de trabajo.
Al conocerse el cierre sorpresivo de la empresa, Juan Villafuerte Morales, secretario general del SJOIM, abandonó la comodidad de sus oficinas del Sindicato y acudió al auxilio de los trabajadores y actuando dentro de la Ley, presentó ante la Junta de Conciliación y Arbitraje, una demanda para estallar la huelga en dicha compañía.
Una vez que se cubrieron todos los requisitos legales, Juan Villafuerte Morales, líder del SJOIIM, acompañó a los obreros de la empresa Componentes Universales para poner las banderas rojinegras y se programó un rol de guardias para tener presencia permanente en la empresa y evitar que sus propietarios pudieran sacar parte de los bienes que hay dentro.
La presencia de Juan Villafuerte Morales en el acto de estallamiento de huelga, es una manifestación de que los tiempos han cambiado. Su líder no puede quedarse en sus cómodas oficinas como sucedía antes, sino que tiene que estar al frente de la lucha, para que los obreros sientan que no están solos y que gozan del respaldo de su Sindicato.
Hace unos días, Juan Villafuerte Morales estuvo en la planta, donde informó que un grupo de empresarios estaban interesados en ver los activos de la empresa, en su interés de poder comprarlos y de ahí obtener dinero para pagar la indemnización de los trabajadores.
Villafuerte Morales fue muy prudente. No hizo ningún compromiso con los trabajadores para no sembrar falsas ilusiones, porque de momento todo es un acercamiento con empresarios y negociaciones, pero sin tener nada en firme.
Y aunque hubiera un empresario interesado en comprar los bienes de la empresa Componentes Universales, los trabajadores no pueden disponer de ellos hasta que la Junta de Conciliación no emita un laudo para el remate de los bienes, lo cual puede llevar mucho tiempo.
Mientras no haya un acuerdo en firme, los obreros abandonados por los dueños de Componentes Universales seguirán en la incertidumbre y ahora tienen que vender algunos productos que ellos mismos preparan para tener un ingreso para el sostenimiento de sus familias.
Juan Villafuerte Morales reconoció que como dirigente se siente muy mal por el abandono que sufrieron los obreros, un hecho que recordó no se registraba desde hace 20 años.
De tales hechos el Sindicato de Jornaleros y Obreros Industriales y de la Industria Maquiladora y su dirigente, Juan Villafuerte Morales, debería tomarlo como una lección amarga y de esa experiencia emprender acciones que permita en el fututo hacerles frente en mejores condiciones para que los obreros en desgracia no tengan que vivir de limosnas.
Aunque no son hechos que se presenten cotidianamente, el SJOIIM debería emprender una consulta para formar un Fondo de Indemnizaciones, con aportaciones igualitarias y obligatoria de todos sus miembros, para que de ahí se cubra esos derechos a quienes queden a la deriva cuando una empresa huya, como Componentes Universales.
Si el SJOIIM tiene 50 mil obreros y cada uno de ellos aporta 5 pesos semanales, se tendría un ingreso de 250 mil pesos. En un mes un millón de pesos. En año 12 millones de pesos y el patrimonio iría aumentando anualmente con las aportaciones de los obreros y con los intereses que gane el Fondo si el dinero se pone a inversiones bancarias.
La administración del Fondo quedaría en manos de un Consejo especial, formado con un representante de cada empresa con las que el SJOIIM tiene contratos y uno más del Sindicato, con el compromiso de rendir cuentas cada tres meses, para que los trabajadores sepan que su dinero se está manejando honesta y transparentemente.
Si desde hace años se hubiera formado un Fondo de Indemnizaciones del SJOIIM, hoy todos los trabajadores de Componentes Universales ya hubieran recibido su indemnización que les correspondía por Ley, aceptando que una vez que hubiera un laudo y se vendieran los bienes de la empresa, esos recursos pasarían a formar parte del Fondo.
La solución en el futuro de problemas como los que hoy enfrentan los trabajadores abandonados de Componentes Universales, está en manos de quienes hoy dirigen el SJOIIM y de sus agremiados, que tienen que ver hacia el futuro y en el espejo de sus compañeros en desgracia.